
En los últimos días, la Secretaria Administrativa de Bucaramanga, Ana María Vargas, ha denunciado una serie de ataques sistemáticos de odio y violencia por parte de integrantes del Partido Verde, los cuales, según su percepción, tienen un claro trasfondo misógino.
A través de sus redes sociales, Vargas expresó su preocupación por los ataques constantes que ha recibido, los cuales no solo buscan desacreditar su gestión, sino también perpetuar la violencia de género en la política local.
Estas acusaciones no son un caso aislado. En el programa Últimas Noticias de La 1230 AM Colmundo Bucaramanga, el periodista y creador de contenidos políticos Fredy Garzón, conocido como “El Denunciante”, presentó varios testimonios de mujeres de Santander que han sido objeto de ataques similares por parte de miembros del Partido Verde.
Entre ellas, destacan figuras como Saharay Rojas, Jefe de Gobernanza del exalcalde Juan Carlos Cárdenas; Daniela Torres, actual concejala de Bucaramanga, quienes señalaron que han recibido ataques misóginos por parte del actual concejal del Partido Verde Carlos Parra.
Igualmente la exdiputada Claudia Ramírez y Jessica Moreno exdirectora de la Oficina de Pasaportes de la Gobernación de Santander, quienes también señalaron en su momento al exdiputado y excandidato a la Gobernación de Santander, Ferley Sierra, como responsable de agresiones y violencia misógina.
Las declaraciones de estas mujeres son contundentes. Claudia Ramírez describió las agresiones de Sierra como un “límite” al odio hacia la mujer, mientras que Jessica Moreno relató sentirse “perseguida, violentada y maltratada” por el exdiputado.
Este patrón de agresiones misóginas no solo evidencia una grave crisis dentro del Partido Verde en Bucaramanga, sino que pone en evidencia una cultura de violencia que se debe erradicar de inmediato.
La denuncia de Vargas es un llamado urgente a las autoridades para que investiguen estos hechos y protejan a las mujeres que, día a día, enfrentan obstáculos simplemente por su género en un ámbito político tan complejo.
Es hora de que las autoridades actúen y no permitan que el odio y la violencia sigan prevaleciendo en la política de Bucaramanga. No más impunidad ante los ataques misóginos que buscan silenciar y destruir la voz de las mujeres.
Vea aquí las denuncias