En una oficina vecina a la emisora Colmundo Radio, en el edificio Colseguros de Bucaramanga, labora el abogado santandereano Néstor Freddy Rodríguez Reyes. A sus 50 y tantos años, con una mirada que refleja aprendizaje y gratitud. Su historia resuena como un ejemplo de resiliencia y transformación.
Su relato comienza con un giro inesperado: la rifa de 29 gallinas y un gallo. La iniciativa, que a primera vista podría parecer un simple acto comercial, es en realidad el punto de partida de una historia de vida marcada por la fe, la familia y la reinvención personal.
“Después de la pandemia, enfrenté quebrantos de salud que me llevaron a replantear mi vida. Renuncié a importantes asesorías jurídicas y decidí empezar algo completamente nuevo. Fue entonces cuando llegaron las gallinas”, cuenta Néstor.
Con raíces campesinas y un corazón en busca de paz, Néstor encontró en las gallinas azules una suerte de terapia inesperada. En el tercer piso de una casa en un conjunto residencial en Piedecuesta, albergó a sus primeras aves. “Llegué a tener 20 gallos cantando desde las 4 de la mañana, y lo increíble es que durante 30 días ninguno de mis vecinos se quejó”, recuerda con una sonrisa.
La historia dio un giro cuando una cuñada le ofreció una casa con galpones vacíos en una parcela de Lebrija. Allí, Néstor encontró el espacio perfecto para dar vida a su proyecto agropecuario. “Fue como un retiro espiritual, rodeado de naturaleza, donde pude reencontrarme conmigo mismo y con Dios”, reflexiona.
Entre las experiencias más impactantes de su historia está el sacrificio de tres gallos, un acto que le causó una profunda consternación. “Sentí un dolor inexplicable, como si me hubieran abandonado. Fue entonces cuando caí de rodillas y encontré consuelo en la fe”, relata. En ese momento, un texto bíblico le devolvió la paz: la importancia de buscar una sabiduría que sea “pura y pacífica”.
Hoy, Néstor lidera un proyecto de huevos orgánicos con casi 5,000 unidades vendidas y una visión clara: hacer de esta experiencia un camino de vida sostenible. Además, planea continuar con su carrera jurídica, ahora con un enfoque renovado y el apoyo incondicional de su familia, en especial de su esposa y sus hijas.
La rifa de las gallinas no solo representó un paso más en su emprendimiento, sino también una oportunidad para reunir a la comunidad. “Queremos hacer un sancocho comunitario con quienes participaron, porque más allá de una rifa, esto es una experiencia de vida que quiero compartir con todos”, señala.
En un mundo donde las crisis emocionales y la desconexión espiritual están a la orden del día, Néstor Freddy Rodríguez nos recuerda que, a veces, las respuestas están en los lugares más simples e inesperados: en el canto de un gallo al amanecer, en los campos de Lebrija, o en la cálida compañía de quienes amamos.
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